viernes, 7 de octubre de 2016

LA GRAN ODALISCA...JEAN AUGUSTE DOMINIQUE INGRES



Ingres, pintor francés que trabajó en un estilo personal en el que se integraba el romanticismo de los temas y el color, con la perfección formal del Neoclasicismo.
Su formación académica es evidente en la obra, así como todas las influencias recibidas en el preceptivo viaje a Italia que todo buen pintor debía realizar casi ya desde el siglo XVII. De esta manera, esta Gran Odalisca es heredera de las Venus de Giorgione y Tiziano (Dresde, Urbino) tanto en su postura como en su sensualidad. También es reconocible la influencia de Miguel Angel o la de Rafael a la hora de construir el perfil del rostro en tres cuartos, con una idealización y belleza formal que nos trae a la memoria obras como la Fornarina.
Sin embargo, a todo este bagaje italiano clásico, Ingres le añade el perfecto dominio del dibujo (en gran parte heredado de su maestro, David, y una y otra vez practicado en la copia de mármoles antiguos). Gracias a él puede efectuar todo ese tipo de correcciones anatómicas y de cambio de punto de vista, integrándolas sin ningún tipo de violencia a través del control de la línea que un siglo después tanto atraería a Picasso durante su periodo llamado ingresco (Retrato de Apollinaire) o a Matisse, que llevará hasta el límite el poder expresivo del dibujo en sus Mujeres azules.
La gran odalisca es una imagen típica del gusto por los temas exóticos y orientales del momento y una figura sorprendente por sus tres vértebras de más, como señalaron los críticos, y la mezcla conseguida entre el contorno sinuoso y reptante con la tradición del desnudo clásico. Ingres reiteró estos interiores turcos y ambientes imaginarios a lo largo de toda su carrera, creando un modelo femenino sensual, de rasgos indolentes, en una atmósfera que parece estar inmóvil y congelada por la frialdad de la factura.
Ingres no es, en sentido estricto, neoclásico ni académico, sino un ferviente defensor del dibujo. Resulta a la vez clásico, romántico y realista,él constituye un claro exponente del romanticismo en cuanto a los temas, el trazo abstracto y las tintas planas de intenso colorido. Algunas de sus obras se enmarcan en el llamado «Estilo trovador», inspirándose en el ideal estético griego y gótico, además de en las miniaturas de los libros de horas de Fouquet. Igualmente, es ejemplo de orientalismo, pues muchos de sus cuadros, especialmente desnudos femeninos, están dominados por un sentido irreal del exotismo propio del siglo XVIII.

Nos encontramos con la imagen de una mujer desnuda tocada por turbante dentro de un escenario de lujosas telas y otros objetos de carácter orientalizante, como el abanico de plumas de pavo real que porta en uno de sus manos. En resumen, se trata de una odalisca, un miembro del haren de algún poderoso sultán, tal como gustaba imaginarlo la mente romántica del XIX.

Técnicamente se trata de un  óleo sobre lienzo, con un tratamiento tan sutil de la pincelada que la deja oculta, dándonos una factura lisa.
La composición se articula por medio de una suave curva o diagonal que arranca desde el ángulo superior izquierdo, contrapesándose con el gran cortinaje de la derecha que en sus pliegues cogidos por la mano crean una diagonal contraria y hace que se cree un semicírculo en el centro del cuadro al que se dirige nuestra atención. De esta manera se consigue una movilidad (que potenciará la sensibilidad de la figura) serena, sin los excesos del barroco (aún presente pero ya superado por la depuración neoclásica)
En la obra predomina la línea sobre el color, especialmente en la definición de los perfiles y detalles, aunque en las carnaciones de la mujer o las telas podemos observar un uso exquisito de las degradaciones cromáticas.
El pintor juega a contraponer las gamas cálidas (como ya había hecho Tiziano) a las telas frías y de menor luminosidad que la envuelven sin quitarle protagonismo.
La luz es suave e incide directamente sobre el modelo, dejando en penumbra el fondo. Además de buscar efectos volumétricos que  busca junto al color le sirve para destacar las distintas texturas.
En cuanto al espacio se encuentra muy reducido para no disipar la atención del espectador, y sólo podemos señalar algunos trucos para crear un primer plano anterior a la figura (con las telas del ángulo inferior izquierdo), así como la tela de la derecha que cierra la perspectiva.

Por último la figura presenta, en una primera mirada, una perfecta armonía anatómica que un examen más calmado veríamos que es por completo falsa. Ni la posición es tan relajada como parece (ver la pierna que se dobla en un escorzo realmente forzado, con lejanos ecos de los "ignudi miguelangelescos" de la Sixtina), ni la figura es verdaderamente posible, existiendo puntos de vista imposibles, como el pie extendido o la curvatura de la espalda.
Cuando se expuso por primera vez en el Salón de París, los críticos advirtieron la cualidad literal de las tres vértebras de más que lucía la odalisca, sin alcanzar a descubrir las razones pictóricas por las que Ingres realiza dicha abstracción.Se trataba de un homenaje a la belleza heredada, equivalente pictórico de la verdad.  Ingres entendía el arte como un artificio, no una realidad: es la manera en que un artista convence a otros, lo que convierte su trabajo en una obra maestra, ahí radica la belleza abstracta del arte. La naturaleza aparentemente paradójica de Ingres combina una sensación externa de realismo con dicho artificio. Ingres fue un incomprendido en su tiempo, pero su legado pervive a través de las obras de Matisse y Picasso.La gran Odalisca es una de las imágenes más bellas y más conocidas de Dominique Ingres y ha llegado a simbolizar la tradición occidental de pintar desnudos. Se la encargó la reina de Nápoles, hermana menor de de Napoleón Bonaparte, justo un año antes de que su esposo y ella contrajeran matrimonio (y de que el fuera ejecutado). Se supone que estaba colgada junto a otro desnudo de Ingres, ahora en paradero desconocido.
Ingres une al dominio y la expresividad de la línea que le eran connaturales una sensualidad contagiosa que les confiere buena parte de su atractivo. Fue considerado el mejor pintor de su tiempo y ha pasado a la historia del arte como un genio de la pintura académica y caligráfica.
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/i/ingres.htm
http://sdelbiombo.blogia.com/2013/050801-analisis-y-comentario-de-la-gran-odalisca.-ingres.php
https://encontrandolalentitud.files.wordpress.com/2012/12/imagen1.jpg
https://euclides59.wordpress.com/2012/12/05/la-gra-odalisca-jean-auguste-dominique-ingres/

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