lunes, 1 de febrero de 2016

HISTORIA DEL ARTE...EL CUATTROCENTO

Expresión adoptada comúnmente para referirse a la producción artística y el desarrollo histórico cultural de Italia, especialmente de Florencia, en el siglo XV, englobándose dentro del término más amplio, conceptual y cronológicamente, de Renacimiento.
El Renacimiento supone la ruptura consciente con la Edad Media, una serie de hechos la hacen posible, los avances económicos, el incremento demográfico, el auge urbano, la conflictividad social y el progresivo afianzamiento de la monarquía, acontecimientos que provocan la necesidad de redefinir las relaciones del hombre consigo mismo, con la naturaleza, con la sociedad y con la divinidad. Esta renovación se emprende a principios del Quattrocento, por un grupo de hombres cultos, en un ámbito muy concreto, la ciudad. Será en ciudades donde el desarrollo mercantil marque todas estas diferencias, éstas son las ciudades italianas y las flamencas y de forma muy particular la ciudad de Florencia.
                                 Dante al pie de la ciudad de Florencia. Domenico de Michelino, (1465).
La burguesía medieval se había movido dentro de unos rígidos esquemas corporativistas, constreñida por conceptos típicamente medievales, como los del justo beneficio y calidad, sin salir de las restricciones impuestas por los gremios. Pero a principios del siglo XV, se empieza a afianzar una burguesía que rompe las barreras gremiales y afirma nuevos valores como el deseo de lucro, el espíritu de conquista, la racionalización de la producción y la búsqueda de nuevos mercados. Todos estos conceptos adquieren un carácter revolucionario en la ciudad-estado de Florencia.
La alta burguesía florentina se había hecho con el gobierno ciudadano en el siglo XIII. Desde ese momento se van a desarrollar una serie de tensiones entre los distintos estratos burgueses (popolo graso y popolo minuto) que van a marcar su evolución política y cultural. Los poderosos gremios del ramo textil, sobre todo el de la lana, inician una producción a gran escala que va superando la producción artesanal, proceso que en 1378 provoca la insurrección de nueve mil trabajadores del ramo textil, los Ciompi, que forman su propio gremio y piden participación en el poder ciudadano. Este hecho marca un dinamismo social en el que se desarrollan unos nuevos valores, ajenos a los que habían dominado la sociedad medieval. El afán de enriquecimiento y el dinamismo social, marcan nuevas pautas de relación del hombre con la sociedad, el individuo puede controlar su propio destino, se pueden valorar sus actuaciones en el mundo y dejar su propia huella en él. Nueva valoración ética que rompe los conceptos medievales, con lo que la alta burguesía florentina tiene que buscar nuevos principios morales y éticos que justifiquen su acción en el mundo.
Todos estos hechos implicarán no sólo una nueva estética, sino también una nueva forma de entender y concebir el arte y el artista en la sociedad. La élite intelectual de humanistas florentinos elabora los principios que fundamentan las nuevas actitudes y los nuevos valores cobijados al amparo del gobierno de la ciudad.
La familia Médicis, de banqueros y comerciantes, esbaba vinculada al gremio de la lana; en 1378, Silvestre de Médicis apoyó económicamente la insurrección de los Ciompi. Se hace con el gobierno de la ciudad, asentándose en un poderío económico basado en una inteligente política de relaciones internacionales, y determinando, tanto, el desarrollo artístico, como el político, durante todo el Quattrocento. Con Cosme de Médicis se produce la formación y el máximo esplendor del primer Renacimiento, a la vez que se asienta la democracia formal florentina. En 1478 Lorenzo el Magnifico, consigue excluir de los cargos gubernamentales a todos los individuos del popolo grasso con lo que la democracia formal pasa a convertirse en un estado despótico.
Gracias a Cosme de Médicis arraiga en Florencia el espíritu de Grecia, con el estudio de la filosofía platónica y neoplatónica y se forma el núcleo de humanistas y artistas que disfrutan de su protección y que constituyen las primeras señas de identidad del Renacimiento.
La arquitectura renacentista del Quattrocento se inicia gracias a una doble vía, la recuperación de la Antigüedad mediante la aplicación a la arquitectura de una serie de elementos y soluciones basados en el conocimiento de las ruinas romanas, y la configuración de un cuerpo teórico perfectamente sistematizado.
Con él va a renacer el empleo de elementos constructivos y decorativos clásicos como el arco de medio punto, las columnas y pilastras con los ordenes clásicos, las bóvedas de cañón decoradas con casetones, las cúpulas de media naranja o la decoración de grutescos. Las plantas y las estructuras serán resultado de una aplicación de la matemática y la geometría, con una tendencia a la planta centralizada, que ofrece un espacio único.
En la arquitectura religiosa se planteará el problema teórico y práctico de conjugar la tradición cristiana con la recuperación de la Antigüedad clásica, creando nuevas tipologías de edificio para los cuales no se tenía un modelo en el arte clásico, como son las iglesias. En ellos se va a mantener el sistema tradicional de plantas basilicales, longitudinales, pero con una tendencia a las centralizadas, ya que siguiendo las concepciones pitagóricas, platónicas y neoplatónicas, entienden que el círculo y sus formas derivadas expresan mejor que ninguna otra figura geométrica la relación de perfección y proporción entre el todo y las partes. El edificio religioso debe ajustarse a las proporciones precisas, a ser posible adaptarse a una planta centralizada, y manifestar la armonía de la arquitectura mediante la proporción, la simetría y la belleza ideal.
En arquitectura civil aparecen y toman un gran desarrollo las nuevas tipologías de edificios, como el palacio, las villa, los hospitales y las bibliotecas.
                                            Catedral de Santa María del Fiore. Florencia (Italia).
Filippo Brunelleschi es el primer gran arquitecto del Quattrocento florentino, a él se debe la gran cúpula de Santa María de las Flores, que elevada sobre un tambor octogonal presenta unas dimensiones fantásticas, para lo cual idea la solución técnica de hacer dos cúpulas unidas, una interior semiesférica y otra exterior apuntada, consiguiendo que la última contrarreste los empujes de la primera. Al exterior emplea galerías de arcos de medio punto, hornacinas y entablamentos clásicos. Suyas son también las dos grandes iglesias basilicales de Florencia San Lorenzo y el Sancto Spiritu, así como la Capilla Pazzi en el convento de San Corce y el Hospital de los Inocentes. En el Palacio Pitti presenta la estructura de fachada dividía en tres cuerpos y tres ordenes y el almohadillado que caracteriza la arquitectura civil florentina. Discípulos suyos serán Michelozzo, autor del Palacio Médici-Ricardi, y Benedetto da Maiano que realiza el Palacio Storzzi repiten el esquema del maestro, enriqueciéndolo.
                                                   Alberti. Fachada del palacio Rucellai de Florencia.
En Alberti se va a conjugar la realización practica de la arquitectura con la elaboración teórica, por lo que su obra tendrá una gran trascendencia. A él se deben los tratados teóricos: De PicturaDe SculturaDe re aedificatoria, de una enorme repercusión posterior. De sus realizaciones destaca la fachada de la iglesia de Santa María Novella, resuelta como los arcos triunfales romanos. El Palacio Rucellai es su gran aportación a la arquitectura civil, cuya fachada se decora con pilastras de ordenes superpuestos. Obras suyas son El templo Malatestiano en la ciudad de Rímini o en Mantua la iglesia deSan Andrés y la de San Sebastián.
                                                                                Santa Maria de Carceri en Prato
Giulano da Sangallo será uno de los arquitectos preferidos de Lorenzo de Médicis, a él se debe la codificación de la villa renacentista, con la realización de la Villa Médicis. Obra suya es la iglesia de Santa María de Carceri en Prato, donde plantea una planta de cruz griega, con crucero cubierto con cúpula sobre pechinas y abovedamientos en los brazos de la cruz.
Fuera de Florencia la arquitectura del Quattrocento tuvo una rápida asimilación. En Urbino, Francisco de Montefeltro trasforma su ciudad en un gran centro humanista, convirtiéndose en mecenas y protector de muchos artistas, y realizando un palacio donde intervienen Luciano Laurana y Francesco di Giorgio Martini. En Venecia, los máximos representantes son Pietro Lombardo, que realiza la iglesia de Santa María dei Miracoli o Mauro Coducci, autor de la iglesia de San Michele Isola. En Lombardía Antonio Amadeo realiza La Cartuja de Pavía, donde los muros exteriores son decorados profusamente.
                                                                                  Palazzo Venezia
En Milán el florentino Filarete realizará el proyecto del Hospital Mayor, donde codifica la nueva tipología, planteando una planta en cruz con dependencias separadas por patios y en cuyo centro se levanta la iglesia. En Roma, bajo el pontificado de Paulo II se inicia la reconstrucción de la ciudad, a él se debe el encargo del Palazzo Venezia, y por encargo del cardenal Rafael Riario se realiza el palacio de la Cancillería atribuido a Francesco di Giorgio Martini.
Pero la arquitectura va a estar vinculada a la ciudad, y en este momento aparece una importante literatura teórica sobre como debe ser la ciudad renacentista. Sin embargo, ésta va a ser inexistente salvo en esa teoría, realizándose algunas intervenciones en los casos de Pienza, Ferrara o Urbino. Los tratadistas más importantes serán Alberti, Filarete y Francesco di Giorgio Martini.
Puerta del Paraíso del Baptisterio de San Juan, en la catedral de Florencia, de Lorenzo Ghiberti.
La escultura se va a inspirar igualmente en los modelos clásicos, pero no contará con el apoyo de la tratadística como había ocurrido con la arquitectura, por lo que muchas de sus experimentaciones tomarán su modelo en las experiencias realizadas en las otras artes, tanto en la pintura como en la arquitectura. Sin embargo en este arte no se va a producir un rompimiento tan tajante con la escultura gótica, que en Italia, por otra parte, había estado hondamente vinculada con los modelos clásicos. Así, en las primeras realizaciones, todavía se advierte una esbeltez en las proporciones y una elegancia lineal y curvilínea.
Se introduce el gusto por el desnudo, temática enteramente clásica, se utilizan materiales nobles como el mármol y el bronce, predominantes en la antigüedad, y domina el interés por lo monumental y lo severo. Además del género religioso aparecen nuevos temas donde se caminará hacia una secularización introduciendo elementos profanos y alegóricos, centrándose sobre todo en la escultura funeraria, el retrato ecuestre y el busto, estos dos últimos conectados con el interés por el retrato individual.
                                Federico de Montefletro y su hijo Guidobaldo. Alonso de Berruguete.
Los grandes escultores y codificadores del arte del momento serán: Ghiberti autor de las Puertas del Baptisterio de Florencia, donde rompe con el marco tradicional, lo que le permite un esquema perspectívico y elabora fondos con composiciones arquitectónicas clásicas. Jacopo della Quercia, autor de las primeras esculturas de bulto redondo, realizadas para la fuente della Plaza del Campo de Siena. Obra suya serán también los relieves sobre el Génesis del Portal de San Petronio de Bolonia. Donatello, consigue introducir el método de la perspectiva en la escultura, conjugándolo con el elemento popular que da como resultado el denominado "realismo dramático" de Donatello, en el que la gravedad clásica no es inconveniente para buscar en los rostros los gestos de la gente de la calle. Sus obras más representativas son El David, realizado hacia 1420, que supone el primer desnudo realizado en bronce fundido desde la Antigüedad, El Condottiero Gatamelata, primera estatua ecuestre en bronce, o la Cantoría de la catedral de Florencia en la que en una escena corrida se presentan los "putti" o amorcillos bailando en honor de Dios, que más parece una escena en honor de Dionisos. Lucca della Robbia realiza al mismo tiempo su Cantoría para la catedral de Florencia, donde al desenfrenado movimiento de Donatello, contrapone grupos escultóricos compartimentados y representados en un sereno equilibrio.
                                                                                David,Andrea del Verrocchio
Andrea del Verrocchio, trabaja en la época de Lorenzo el Magnífico, su obra se va a caracterizar por una mayor búsqueda de los sentimientos humanos, así su David, frente al de Donatello, representa a un joven despreocupado, con una pose natural, que recuerda un paje de la corte de los Médicis, el Condotiero Colleoni transforma la serena magnificencia del Condotiero de Donatello en vigor expresivo y penetración psicológica. Antonio Pollaiolo, al igual que Verrocchio, mantiene una experimentación en la forma de expresión psicológica, como se observa en su obra Hércules y Anteo, donde destaca el movimiento la expresividad y el rigor anatómico.
El siglo XV en pintura supone una transformación en el sistema de representación figurativo, una ruptura total con las formas góticas y una continua experimentación en las formas de representación del espacio que consiguen un nuevo método que permanecerá durante siglos como base de la pintura occidental. El sistema surge como el instrumento que hace posible la representación de la naturaleza y el desarrollo del espacio tridimensional. La composición se va a entender como una "ventana abierta", tal como la definió Alberti, en la que el plano pictórico se configura mediante la pirámide visual. Con la perspectiva tridimensional se consigue una continuidad espacial y una visión única y excluyente, derivada de un proceso empírico de reflexión intelectual e ideológica. Muchos de los problemas compositivos y perspectívicos de la pintura, tuvieron su punto de partida en el arte del relieve, en los recursos utilizados en las puertas del Baptisterio de Florencia por Ghiberti.
La investigación y la experimentación que se estaban llevando a cabo logran su formulación teórica en 1435, cuando Alberti publica De Pictura, donde codifica todas las experiencias anteriores y formula un método humanista para los problemas de la figuración.
Italia utilizará la pintura mural al temple y sólo la pintura al óleo aparecerá en la segunda mitad del siglo y con pintores relacionados con la pintura flamenca. Desde un punto de vista estilístico, Masolino y Masaccio iniciadores de la nueva representación enlazaran con las formas del Trecento y con artistas como Giotto.
                                                                                                           Masaccio "Baptism of the Neophytes"
La pintura del Quattrocento se puede estudiar en tres generaciones de pintores. La primera generación que se extiende desde principios del siglo hasta 1430, época en la que pintores como Masolino y Masaccio, junto con artistas como Donatello, Alberti y Brunelleschi, realizan un esfuerzo para crear un arte nuevo despojado de elementos tradicionales y codificando otros nuevos. En la formulación del nuevo lenguaje, siempre se ha dado una mayor importancia a Masaccio que a Masolino, sin tener en cuenta que en sus frescos de la Capilla Branccaci, aunque las escenas se distribuyen de una manera convencional, ya se encuentran los elementos del nuevo lenguaje: las figuras se van ordenando según su acción, los modelos son clásicos y muy naturalistas, y el espacio es representado de una manera natural. Sin embargo, la primera gran pintura del Renacimiento florentino se debe a MasaccioLa Trinidad de Santa María Novella, donde las figuras que imitan modelos clásicos se disponen dentro de una composición piramidal, que si bien tiene de tradicional las figuras de los donantes, éstas son representadas a la misma escala que el resto de las figuras. La escena tiene como fondo la representación de una arquitectura de estilo clásico. De Masaccio destacan los frescos de la Capilla Brancaci, con escenas como El tributo de la Moneda o la Expulsión de Adán y Eva, donde se representa el desnudo con un interés por las formas anatómicas y mediante el tratamiento de la luz y el color consigue expresar la emoción y el sentimiento. Fra Angelico representa una corriente conservadora en la que pintores anclados en la tradición van incluyendo los nuevos elementos de representación, así en su Juicio Final, todavía se representa el espacio dividido en dos partes donde las figuras se recortan en el fondo azul celeste.
                                                                       La anunciación.
En la Anunciación del Museo del Prado nos encontramos con un tema tradicional y una figuración propia del gótico, así como los colores o los elementos que utiliza, sin embargo, en esta obra incorpora un estudio de la luz netamente renacentista.
                                                     La Anunciación. Fra Filippo Lippi, (1448).
La segunda generación serán artistas que trabajan en los años treinta y, sobre todo, en la segunda mitad del siglo. Profundizan en los legados de los pintores de la primera generación. Entre ellos se encuentran Paolo Ucello, Andrea del Castagno, Piero de la Francesca y Fra Filippo Lippi, que a la experimentación del espacio representado con perspectiva caballera y cónica, unen el estudio de la luz; así como desarrollan un estudio de la representación de las figuras más natural y más convincente.
                                       San Jorge luchando con el dragón. Paolo Ucello. Nat. Gall. Londres.
Dentro de esta generación existen pintores como Piero Dicosvo que representan una corriente moderada, ya que en sus obras incluyen elementos como la perspectiva, pero sin profundizar en ellos y sin estar vinculados con la antigüedad clásica.
Dentro de esta segunda generación se incluye Andrea Mantegna, que establece una síntesis de las experiencias florentinas. Trabaja en Mantua, Padua y Venecia, y realiza investigaciones que lo unen con los pintores de la tercera generación, suponiendo un puente entre ambas.
La tercera generación aporta un lenguaje nuevo y una nueva temática, profundizando en el tema más característico de la antigüedad, la mitología.
                                                          Marte, Venus y Diana. Mantegna. Italia.
La producción artística de este momento se va a caracterizar por su masificación. El nuevo lenguaje tan novedoso a principios del siglo, se había difundido totalmente, de tal manera que había prendido en la mayor parte de la población; esto trae consigo una gran demanda de obras artísticas. Florencia se va a convertir en el gran taller que abastece esa demanda. El arte del alguna forma se masifica, las obras se realizan en serie, poniéndose a disposición del gran público esta nueva visión, aunque se acusa una perdida de la calidad, y la mayor parte de las piezas se repiten en modelos, composiciones, etc. El taller se mantiene como centro de aprendizaje, no sólo de técnicas, sino que se trasmite todo el nuevo sistema de representación figurativa. Los principales artistas de este momento serán los directores de los más importantes talleres: VerrocchioPollaioloGhirlandaio y Benozzo Gozzoli, junto a ellos también destaca la figura de Botticelli.
                         Cortejo de los Magos. Gozzoli. Capilla de los Médicis. Palacio Ricardi. Florencia
Fuera de Florencia, la nueva pintura tendrá una gran repercusión destacando en Umbría,Pietro PeruginoPinturicchio y Luca Signorelli. En Mantua, Andrea Mantegna y Cosme Tura, y en Venecia, Giovanni Bellini Antonello de Messina.

 
                                                     "Salvator Mundi". Messina. Nat. Gall. Londres
http://www.enciclonet.com/articulo/quattrocento/5/

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