martes, 10 de enero de 2017

HIERONYMUS BOSCH....EL CARRO DE HENO



Durante la Edad Media fueron abundantes las Cofradías religiosas, que además ostentaban un gran poder sobre la administración de la ciudad. En 1486 El Bosco, autor de esta tabla, se implicó en la Cofradía de Nuestra Señora, relacionada con otra Cofradía de su ciudad natal llamada los Hermanos de la Vida en Común, más ascética aún, vigente desde finales del XIV. Sus ideales atacaban ferozmente la situación clerical, que se hundía en la corrupción, la simonía y la prevaricación. Los placeres que el clero disfrutaba sin ningún recato eran considerados por los Hermanos como el camino hacia el Infierno. Si consideramos la imagen que ofrece el tríptico cerrado, tenemos la visión del Camino de la Vida, el auténtico ideal de los cofrades. Abierto, se encuentra aquello que más repudiaban, que se puede registrar en el proverbio flamenco que reza: "El mundo es un carro de heno, del cual cada uno toma lo que puede", un heno carente de valor y por el cual diversos personajes pelean y se dan muerte. Todo tipo de personas se agolpa junto al carro, y desde el Papa a los más plebeyos arrancan los puñados de paja. Es una aplastante sátira de un mundo que ha abandonado a Dios.
El tríptico abierto está dedicado al pecado. El lateral izquierdo muestra su origen en el mundo, desde los ángeles caídos al pecado de Eva. En el centro se ve a la humanidad arrastrada por el pecado, por ese carro de heno, metáfora de origen bíblico alusiva a lo efímero y perecedero de las cosas de este mundo. Se ilustra el versículo de Isaías: “Toda carne es como el heno y todo esplendor como la flor de los campos. El heno se seca, la flor se cae”. La tabla derecha deja ver el infierno, destino de los pecadores, con castigos acordes a sus faltas. En el tríptico cerrado aparece un anciano peregrino, que recorre el camino de la vida, plagado de peligros. 

En la tabla central, El Bosco recrea un proverbio flamenco: “El mundo es como un carro de heno y cada uno coge lo que puede”. Todos los estamentos, incluido el clero -censurado por vicios como la avaricia y la lujuria-, quieren coger ese heno y subirse al carro. Para lograr su objetivo no dudan en cometer todo tipo de atropellos y pecados, incluso el asesinato. 

Se conserva otro ejemplar en el Monasterio de El Escorial, que se supone fue el que Felipe IIcompró en 1570 a Felipe de Guevara. El del Prado debió pertenecer también a Felipe II, incluso antes que el de Guevara, pero la primera cita que se tiene de él corresponde al inventario del Alcázar de Madrid de 1636.http://www.artehistoria.com/v2/obras/683.htm
https://www.museodelprado.es/coleccion/galeria-on-line/galeria-on-line/obra/el-carro-de-heno/

No hay comentarios:

Publicar un comentario