lunes, 21 de noviembre de 2016

PAUL GAUGIN Y EL POST-IMPRESIONISMO



A Gauguin (1848-1903) lo encontramos dentro de los pintores franceses post-impresionistas junto con Van Gogh, Toulouse-Lautrec y Cézanne. 

Nació en París, a los tres años sus padres emigran a Perú y durante el viaje muere su padre. Allí vivió junto a su madre cuatro años hasta que deciden regresar a Francia.
Gauguin abandonó el colegio a los diecisiete años y se hizo marino mercante, el deseo de conocer otras tierras fue en él una constante. Cuando murió su madre en 1868, Gustave Arosa, un rico banquero, se convirtió en su protector legal. Gracias a él, Gauguin fue un agente de bolsa de éxito. Se casó con Mette Sophie, una joven danesa de familia acomodada, tuvieron cinco hijos y llevaron una confortable vida burguesa.
Hacía poco que se había casado cuando se convirtió en pintor aficionado. Al mundo de la pintura también lo introdujo Arosa. Conoció a Pisarro y en 1879 expuso con los impresionistas, participando después en las cuatro últimas exposiciones del grupo. Coleccionó cuadros de Manet, Monet, Renoir y Degas, sus pintores favoritos eran Cézanne y Pisarro, de quienes sus primeras obras presentan claras influencias.
Su carrera financiera quedó interrumpida en 1882 por la crisis bursátil y decide entregarse por completo a la pintura. Viéndose obligado a llevar una vida más modesta, se mudan a Copenhague, donde su esposa cuenta con el apoyo de su familia. Pero el fracaso es absoluto, ya que no encuentra clientes para sus cuadros. Al cabo de unos pocos meses, decide regresar a Francia en compañía de su hijo Clovis, mientras que su mujer se queda en Copenhague con los demás hijos. Este es el comienzo de una época llena de miserias y deudas. La penuria económica le hace abandonar París en 1886, refugiándose en Pont-Aven, un pueblecito de Bretaña, donde conoce al pintor Charles Laval.
Deseoso de romper con todas sus fatalidades, Gauguin envía a su hijo a Dinamarca y emprende viaje a Panamá junto con su amigo. Esta es su primera incursión en el exotismo, pero una enfermedad le obliga a volver a París en 1887, donde conoce a Van Gogh.
Juntos pasarán un tiempo en Arles, pero al no haber entendimiento entre ambos, Gauguin regresa a Bretaña.
Contacta con Emile Bernard, quien le adentra en el Sintetismo, que supone un cambio radical con respecto al impresionismo.
Le hace partícipe en el uso del color, apostando por las áreas planas sin matizar y remarcando los contornos. Lo que hay que pintar es la idea que elabora el pintor después de su experiencia, quitando lo superfluo y reteniendo la esencia. Así se consigue la síntesis de forma y color.

La visión después del sermón. Gauguin

En La visión después del sermón (1888),(Galería Nacional de Escocia) el trazo de los objetos y los personajes los aísla entre sí. Utiliza colores vivos, nada realistas, simplifica los volúmenes y suprime las sombras y las gradaciones de color para crear una atmósfera ilusoria, donde a un grupo de mujeres, tras escuchar el sermón, se les aparecen Jacop y el ángel.
 También llamado La lucha de Jacob con el ángel ,Considerada como una de las primeras obras del estilo simbolista en el que empieza a trabajar el artista desde ese momento. Fue pintado para una iglesia de la zona pero el párroco la rechazó.
Esta obra la pintó el autor durante una segunda estancia en Pont-Aven (Bretaña), obra en la que pretende representar, según él mismo señala la «simplicidad rústica y supersticiosa». Es una obra característica de la escuela de Pont-Aven.
Respecto a la descripción formal de la obra, en primer plano vemos una serie de figuras de mujeres bretonas con sus características cofias, orando, mientras al fondo vemos la supuesta visión que tienen las devotas tras el sermón, donde aparece Jacob luchando con el ángel. Paul Gauguin rehúsa manejar la perspectiva tradicional, por lo que consigue un efecto de figuras planas. Los colores también han experimentado un cambio importante, son colores puros, sin mezclar, que reafirman el efecto de la planitud. El contorno de las figuras empieza a estar muy delimitado, siguiendo un estilo típico de estos momentos llamado Cloisonnisme, inspirado en la realización de esmaltes y de vidrieras, rellenando esos contornos con colores muy vivosLa visión tras el sermón contiene los elementos esenciales de la poética de Gauguin. El artista quería dar una forma al sentimiento de la gente, que creía ver la lucha de Jacob con el ángel a la salida de la iglesia. Un grupo de campesinas «ve» la escena de la lucha, que Paul Gauguin traza de un dibujo del gran maestro japonés Hokusai, adaptando a un luchador de sumo a la iconografía occidental del ángel. La influencia de la estampa japonesa se evidencia asimismo en la rama del manzano. Este árbol, situado en diagonal separa simbólicamente la esfera de la realidad de aquella de la imaginación.
Paul Gauguin está orgulloso de esta pintura y sobre todo de las figuras, ''muy rústicas y supersticiosas'', como él mismo escribe a Vincent van Gogh.

El Cristo amarillo, (Museo Albright-Knox) inspira en los artistas medievales y en la estampa japonesa. Presenta un tema religioso con un grafismo extremadamente simplificado, enmascarando las formas en contornos oscuros.
En ambas escenas observamos el simbolismo fruto de las relaciones que entabló con poetas simbolistas, que tiende a otorgar a la obra un significado intelectual.
Gauguin sin dinero, después de vender su colección de pinturas impresionistas y cada vez más forzado por la necesidad de ganarse la vida ya que apenas vende sus obras, decide en 1891 irse a Tahití. Gauguin decía: "sólo quiero crear un arte sencillo. Para ello necesito empaparme de una naturaleza virgen, no ver nada más que salvajes".
El resto de su vida lo pasó en Tahití y en las islas Marquesas, a excepción de una visita a Francia. Se evade de la sociedad de su época para encontrar en un entorno y entre gentes no corrompidas por el progreso, las condiciones de autenticidad e ingenuidad primitiva en las que puede florecer su pintura. Su exploración de la naturaleza y de las gentes de lejanos países no es una vuelta al exotismo romántico.
Gauguin se alejó de la cultura de Occidente y procuró integrarse en la vida local. Se familiarizaría con los indígenas e incluso tomó como compañera a una de ellas, se habituó a sus costumbres y se esforzó por comprender su religión. En el plano artístico, se basó en los elementos del folclore de la isla, observando las cosas que veía e intentando ir más allá de ellas. Su paleta se enriqueció con colores puros y cálidos creando un vocabulario personal y un estilo lleno de simbolismo, cobrando gran fuerza expresiva. La luz pierde importancia a favor de la exaltación del color, principio en que se basa años después el fauvismo. La fascinación de sus cuadros radica en las amplias zonas de colores y en sus figuras grandes, contorneadas de manera nítida. Renuncia a la perspectiva, suprime el modelado y las sombras y la sensación de plano es igual que en las pinturas japonesas.
Pero incluso aquí, las cosas no le fueron fáciles y Gauguin acabó desesperado, enfermo, alcohólico y solo, hasta que en 1903 muere.
Campesinas bretonas (Museo de Orsay, París) Gauguin realizó este cuadro a su vuelta de la isla del Pacífico Tahití, en 1894. Es un cuadro de tema bretón. En él se ve a dos campesinas bretonas, vestidas con el traje típico y tocadas con cofias blancas almidonadas, paradas en el camino. Detrás de ella, un paisaje con un bosque a la derecha y casas y prados a la izquierda.
Gauguin utiliza en este cuadro la técnica del «cloisonismo», esto es, el color plano se ve encerrado por gruesos trazos negros o azul de Prusia. Los colores son suaves, y en algunos casos no naturales, como en la representación del bosque.
Simplifica y estiliza las poses, los gestos y los rostros de las mujeres.

Ararea (Museo de Orsay, París) la tendencia hacia el plano y los colores puros. Se encuentra a mitad de camino entre el Impresionismo y el Fauvismo de principios de siglo.



 Mujeres de Tahití (Museo de Orsay ) este cuadro fue realizado por Gauguin durante su primera estancia en la isla de Tahití. Allí descubrió un tipo femenino distinto al de las mujeres europeas, que reflejó en numerosos cuadros, como este en el que unas mujeres tahitianas se encuentran en la playa.
Una de las mujeres, la que queda a la izquierda del cuadro, viste a la manera tradicional, con ornamentación esquemática y plana que recuerda las estampas japonesas. Sin embargo, la de la derecha viste un vestido rosa típico de las misioneras. En una versión posterior del mismo tema sustituyó este vestido por un pareo.
Está pintado con la técnica conocida como «cloisonismo»: encierra con trazos negros o azul de Prusia los colores planos.3 Destaca la monumentalidad del cuerpo humano, así como la perspectiva, forzada, que deforma los cuerpos. Género, tema, composición, luz, y otros aspectos faltan, que son los datos más importantes
En cuanto a la composición,es muy simple, rechaza la perspectiva y crea un fondo cerrado en el que sobresalen formas planas y líneas definidas. En este cuadro aparte de renunciar a la perspectiva, renuncia también a una composición convencional, suprime el modelado y las sombras, las franjas que representan el mar no son más que bandas superpuestas, y todo da la sensación de plano como las estampas japonesas




Cuentos bárbaros. Está realizado en óleo sobre lienzo. . Fue pintado en 1902. Se encuentra en el Museo FolkwangEssenAlemania.
Este cuadro fue realizado por Gauguin durante su segunda estancia en la Polinesia, a finales de su vida, cuando se encuentra instalado en Atuona, en la isla Marquesa de Hiva’Oa.
Representa a dos mujeres indígenas sentadas y con el cabello adornado por flores. Detrás de ellas, un hombre pelirrojo vestido con un traje malva, cuyos rasgos recuerdan a los del pintor simbolista Meijer de Haan. Les rodea una naturaleza con una bruma gris, flores y árboles.
Está pintado con la técnica conocida como «cloisonismo»: encierra con trazos negros o azul de Prusia los colores planos.


 Dos mujeres tahitianas


 ¿Cuándo te casas?




 Nave, nave,Moe son algunas de las obras donde capta la belleza de los paisajes y de las bellas muchachas.


Mujeres de Tahití. Paul Gauguin

Su obra maestra es la inmensa alegoría ¿De dónde venimos, qué somos, dónde vamos? Pintada inmediatamente antes de su intento de suicidio.



En Y el oro de sus cuerpos plasma un sentimiento trágico. Fascina la fuerza expresiva del color que influirá no sólo en el fauvismo y en Matisse, sino en el Expresionismo.





Representar las costumbres tahitianas supone todo un reto para Gauguin. En este lienzo recoge el miedo de aquellas gentes al espíritu de los muertos, utilizando para ello a una joven desnuda, de espaldas sobre una cama, que mira al espectador con ojos de sorpresa. Según el propio pintor, se trataría de su compañera, Tahamana. Al fondo de la escena encontramos el fantasma de una mujer como si fuera una máscara, recortada sobre un fondo violeta en el que destacan destellos ya que las creencias indígenas asimilaban las fosforescencias nocturnas con los espíritus de los muertos. El cuerpo tostado de la joven contrasta con el color amarillento de las sábanas y éstas, a su vez, con el azul oscuro de la tela del colchón, jugando con contrastes simultáneos. La postura de la modelo interesa a Gauguin por "las líneas y el movimiento... pintando el cuadro de manera sencilla, para que resultase salvaje e infantil" como el mismo pintor escribe. Curiosamente fue considerado indecente por la crítica cuando se presentó en París, alejándose del infantilismo que quería transmitir Gauguin con el cuadro. Posiblemente el artista se inspiró para realizar esta obra en la Olimpia de Manet, por la que sentía gran admiración.
La obra de Gauguin abre nuevos horizontes estéticos en las generaciones posteriores, ejerciendo una poderosa influencia en el movimiento expresionista y fauvista.
Su empeño por encontrar equivalentes plásticos a los misterios de las islas se tradujo en complicadas composiciones en las que cada detalle tiene un significado preciso. Este es el caso de Manao Tupapaú (El espíritu de la muerte vigila, 1892), una de sus obras más importantes. 
Basándose en elementos del folklore de la isla, obsesionado por las cosas que observaba pero intentando ir más allá de ellas, Gauguin crea un vocabulario personal de colores y líneas, un estilo complejo que compone un simbolismo pictórico de nuevo cuño.
Cuando Gauguin murió en las lejanas islas Marquesas, pocos se dieron cuenta del alcance de su obra. Entre ellos se encontraba el poeta simbolista Charles Morice, que había colaborado en la publicación del primer manuscrito de Noa-Noa (uno de los libros de Gauguin sobre Tahití). Sus artículos movieron a los patrocinadores del recién fundado "Salon d'Automne" a organizar en 1906 una retrospectiva del pintor. La coincidencia de dicha muestra con la primera exposición de los fauves dio pie a la influencia de Gauguin sobre toda una nueva generación de artistas. Desde los lejanos Mares de Sur, Gauguin había sentado las bases de un estilo nuevo, vigoroso y original que traspasaría su época.
https://megaricoss.files.wordpress.com/2015/02/pintura-de-paul-gauguin.jpg
 http://www.arteespana.com/gauguin.htm
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https://es.wikipedia.org/wiki/Cuentos_bárbaros
https://es.wikipedia.org/wiki/Campesinas_bretonas
https://es.wikipedia.org/wiki/Mujeres_de_Tahit%C3%AD
http://html.rincondelvago.com/paul-gauguin_1.html

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